Cuando comenzamos a desarrollar una idea de negocio solemos envolvernos en todos los aspectos de su proceso de construcción. Pero en muchas ocasiones olvidamos atender y darle prioridad al proceso de conceptualización de la idea.

 

Para generar una buena idea de negocio antes de comenzar a invertir, debemos de analizarla y construir los “cimientos de esta idea” que no son otra cosa, que la razón de ser de la idea en sí y cómo ésta genera, ofrece y obtiene valor.  Nos enamoramos del proceso creativo, de la búsqueda incesante de fondos o capital, de la presencia visual y de las redes sociales y solemos olvidarnos de desarrollar una idea que realmente satisfaga una necesidad, un dolor o un deseo.

 

Sí. Se han dado muchos casos de empresas que han contado con todos los recursos para lanzarse, como, por ejemplo: dinero, marca, producto y servicios, localidad, etc., pero a largo plazo no ven el crecimiento deseado de su empresa.  En mucho, esto se debe a que no conceptualizaron su idea y no desarrollaron la estrategia de agregar valor a sus clientes. Se estima que 72% de las empresas no logran satisfacer con sus productos las necesidades de sus clientes.

 

Diseña, prueba y ofrece a los clientes lo que están esperando” Alex Osterwalder

 

En mentoría con mis clientes cuando comenzamos a trabajar un proyecto, no podemos dar un segundo paso si no hemos estructurado, desarrollado y probado una verdadera propuesta de valor. ¿Por qué? Simple. Porque antes de lanzarnos aun mercado, donde posiblemente ya esta siendo satisfecho, debemos considerar una pieza clave de nuestro proceso: ¿Qué necesidad existe en el mercado que pueda satisfacer? y ¿Cómo le agregamos valor para satisfacer o resolver las necesidades de nuestros clientes?

 

Así que, si no te has dado a la tarea de definir tu propuesta de valor, este definitivamente es el momento de comenzar a pensar en ella como una estrategia valiosa para el crecimiento de tu empresa.

 

Con mis años de experiencia yo he definido este concepto de la siguiente manera: Es el factor o los factores claves que logran que tu producto o servicio se posicione como una verdadera solución ante un problema, dolor o necesidad de clientes, enfatizando una diferenciación real y logrando una verdadera satisfacción en ellos.

 

Cuando diseñamos una propuesta de valor estamos de forma periférica concentrándonos solo y únicamente en nuestro cliente. Comenzamos a analizar sus verdaderas necesidades, pero no solo eso, vamos a fondo. Analizamos por qué que desean satisfacer esas necesidades, qué se les hace difícil y muy importante como ellos quieren que se les resuelva el problema o la necesidad.

 

Este proceso lo muestro en tres sencillos pasos: VISUALIZA + DISEÑA + PRUEBA

 

Visualiza: no es otra cosa que analizar e investigar a nuestros clientes y entender como ellos te necesitan.

 

Diseña: aquí es donde comienzas a trabajar y desarrollar la forma en la que agregas valor. Identificando 4 grandes piezas: producto o servicio, beneficios, resultados que ofreces y diferenciación. Ya sea por las características de tu producto en sí, por la facilidad con que tus clientes adquieren tus productos, por la personalización de estos, por el seguimiento que desees ofrecer luego de la compra, por la garantía que ofreces cuando compran tu producto. En fin, todas las cosas que le agregas a tu producto que integradamente hacen la solución perfecta para tu cliente.

 

Prueba: Una vez diseñas tu propuesta debes ver como reacciona tu cliente ante ella. Como se sienten, como conectas con ellos, como hablan de tu producto o servicio.  Esta parte es importante ya que, como todo en la vida, puedes hacer ajustes hasta tener el producto deseado.

 

Definir tu propuesta de valor es fundamental para lograr un negocio sostenible a través de los años y sobre todo rentable. Aquí te comparto algunas preguntas que puedes utilizar para comenzar el proceso de diseñar tu propuesta de valor. ¡Éxito!

 

¿Qué te parece, ahora? ¿Estás listo para comenzar a diseñar tu propuesta de valor?

Si la respuesta es sí aquí te dejo 4 preguntas claves para que puedas comenzar a definir o mejorar tu propuesta de valor:

  1. ¿Qué problema de nuestros clientes ayudamos a solucionar?
  2. ¿Cómo satisfacemos esa necesidad?
  3. ¿Cómo se diferencia nuestro producto o servicio de la competencia?
  4. ¿Cómo puedo maravillar a mis clientes?

 

Tu Mentora de Negocio, María A. Ortiz